En el segundo domingo de cuaresma fuimos acompañados por el
Padre Ramón Rivera, en esta oportunidad su mensaje fue el siguiente:
La lectura de Génesis 22, el texto parece simple pero es muy
complejo. Creen que un padre de la tierra le pondría una zancadilla al hijo
para que se fracture; entonces como es posible que Dios mande a Abraham para
que mate a su hijo? Claro que no.
Para medio entender, sobre las tentaciones hay dos caminos:
uno, conduce al mal, y dos tomarlo como una prueba. Gracias a Dios que hay
pruebas, todo profesional es sometido a pruebas, es parte de la vida. Somos
propensos a las tentaciones como humanos.
Ante la tentación tienes que demostrar que tu eres el hijo de
Dios, mantenerse fiel, no dejarse vencer. Nosotros hemos sido tentados pero no
hemos vencido siempre.
El cuadro presentado en el texto de hoy es para mostrar la obediencia
ante Dios, fue una experiencia tremenda
para Abraham.
Satanás tentó a Jesús, a Adán y Eva, a nosotros, Dios no
tienta a nadie, la tentación nace de nuestros propios deseos, Santiago 1, 13-14.
Ante esta situación tenemos que pedir fortaleza a Dios para vencer las
tentaciones.
En el evangelio se nos habla de la transfiguración: pasar de
una condición a otra. Esta el mundo transfigurado? No. El mundo está desfigurado:
nuestro cuerpo, las instituciones (corte, policía, Ejército, la Iglesia algunas
veces). En el mundo hay mucho dolor, mucho sufrimiento que nosotros lo provocamos, pero hay también mucha
indiferencia, se necesita mucha oración, Existe la necesidad de que los jóvenes
cambien su estilo de vida, cuando entender eso?. No salir a la hora que se les
antoja, estamos en un estado de guerra, tenemos que cambiar, transfigurarnos
para esta vida.
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