En San José de la Peña se reúne la Infancia Misionera de la Parroquia para orientar su envío a la misión.
La Infancia Misionera fue creada en 1843, hace nada más y nada menos que 155 años, cuando nadie pensaba en los niños del Tercer Mundo, cuando no existía la Unicef y cuando no se había creado ni una sola ONG.
Monseñor Carlos Forbin Janson fue el primero que lo vio claro: "¿Quiénes mejor que los niños cristianos para cuidar y proteger a esos otros niños de todo el mundo que precisan ayuda desesperadamente?"
Y aquí está hoy la Infancia Misionera, viva y actuante, presente en más de 107 países.
Monseñor Carlos Forbin Janson fue el primero que lo vio claro: "¿Quiénes mejor que los niños cristianos para cuidar y proteger a esos otros niños de todo el mundo que precisan ayuda desesperadamente?"
Y aquí está hoy la Infancia Misionera, viva y actuante, presente en más de 107 países.
La infancia ya no es una época feliz
Millones de niños siguen viviendo una infancia no apta para menores. Los juegos, las alegrías, la ausencia de preocupaciones que deberían llenar sus primeros años de vida han sido sustituidos por las crudas consecuencias que el mundo de los adultos ha creado a su alrededor. Actualmente, por ello, existen miles de razones para que los niños cristianos de la Infancia Misionera sigan uniendo sus esfuerzos y se movilicen en servicios y sacrificios de solidaridad.
Millones de niños siguen viviendo una infancia no apta para menores. Los juegos, las alegrías, la ausencia de preocupaciones que deberían llenar sus primeros años de vida han sido sustituidos por las crudas consecuencias que el mundo de los adultos ha creado a su alrededor. Actualmente, por ello, existen miles de razones para que los niños cristianos de la Infancia Misionera sigan uniendo sus esfuerzos y se movilicen en servicios y sacrificios de solidaridad.
Cada día más, la realidad se empeña en desdibujar la infancia como una época feliz. Lo cierto es, sin embargo, que la vida de los niños de los denominados Primer y Tercer Mundo está marcada por profundas diferencias y, en consecuencia, por problemas radicalmente distintos.
Muchos pequeños en Occidente se enfrentan, es verdad, a la soledad, a la incomunicación con sus padres, a la violencia doméstica y a los malos tratos... En cambio, es alarmante la cifra de los niños que en los países subdesarrollados de África, Asia y de nuestro propio continente de América, carecen de la más básica atención médica, educación, alimentación y que sufren, además, la explotación laboral.
Por todo esto como los niños de nuestra comunidad tienen mucho trabajo.
Mas adelante informaremos que están haciendo los miembros de la Infancia Misionera de nuestra Parroquia por otros niños.
Por todo esto como los niños de nuestra comunidad tienen mucho trabajo.
Mas adelante informaremos que están haciendo los miembros de la Infancia Misionera de nuestra Parroquia por otros niños.
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